viernes, 6 de septiembre de 2013

EDUCANDO AL OYENTE

Cuando se le pregunta a Marcelo Pompei, dueño, director y motor de la elegante Ciclop-Radio (www.ciclopradio.com.ar) cómo arrancó todo, decide subrayar dos palabras: curiosidad y perseverancia. Hace unos siete años empezó a improvisar un programa de radio; porque le gustaba escuchar radio, porque le llamaba la atención hacerla por Internet. Investigó, contrató un servicio de streaming y primero programó música: rock, jazz, funk, blues, clásico y rock nacional. Un día abrió el micrófono para presentar las canciones a la medianoche, cuando se había liberado de todo, y decidió mantener la regularidad diaria. Poco a poco fue comprando equipos, invitando gente con ganas de hacer radio, y en algún momento Ciclop-Radio se convirtió en un trabajo de 24 horas.

Todos los que usan diariamente Internet conocen el streaming por experiencia. Es básicamente la tecnología que nos permite ver un video en YouTube, es decir, lo que hace posible escuchar y ver archivos multimedia al mismo tiempo que éstos se están descargando. En tiempo real. De todas formas, es necesario tener presente que no todo es tecnología: la multiplicación de las radios online en Argentina depende quizá menos de ella que de otros factores. Mientras la radio por aire necesita costosísimos equipos, el equivalente en la radio digital es el servicio de streaming que varía su precio de acuerdo con la cantidad de público que uno tenga o pretenda tener escuchando online. Pero sobre todo, una determinante nada menor ha sido la cuestión legal: el espectro radioeléctrico se encuentra saturado, situación que vuelve muy difícil que determinados espacios del dial se escuchen con claridad, resultado de años y años de desatención legal, y de entrega a intereses privados. Y el estado actual de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual impide llevar a cabo el Plan Nacional de Frecuencias necesario para definir las cantidades de ondas por región, redistribuir y reacomodar el dial, y abrir los concursos que indica la ley.

Sin embargo, aún se sostiene la idea, sobre todo para los que pautan publicidad, de que el aire garantiza audiencia, por el público cautivo que mueve el dial. “El tema de la radio que nace y se queda en Internet –dice Pompei– es que siempre, en la percepción de los demás, le falta algo.” Lo que resta, entonces, es educar al oyente.

Pero al ser un medio no tan convencional permite a su vez una mayor libertad: uno podría arriesgar que son hoy el equivalente de lo que fueron las radios piratas de los ‘80 en donde muchos hicieron escuela y aprendieron a formarse en el ámbito radial. Una característica que se repite es la preocupación por mostrar el profesionalismo con el que se trabaja, tal vez como un síndrome de inferioridad frente a la vigencia y el respeto que aún se tiene por el dial. “El problema de la radio online es que es poco convencional para el que escucha, y el intento de los que hacemos radio online es convencionalizarla para darle un formato más entendible, en lugar de jugar un poco más al límite entre lo nuevo y lo que ya se hizo. Experimentar”, dice Marcelo Pompei. Lo que queda claro es que si la radio online abre posibilidades, no necesariamente están siendo explotadas.

Además de profesor en la Universidad de Buenos Aires y fundador de FM UBA, Oscar Bosetti conduce hace cuatro años el ciclo Tramas (tramasradio.blog spot.com.ar/), una audición de entrevistas periodísticas que ponen en circulación temáticas que no se abordan en las radios dominantes. La particularidad de Tramas es que además de ser emitido por 28 radios de todo el país (universitarias o comunitarias, exclusivamente), cada programa es liberado en el blog propio para que cualquiera pueda bajarlo, compartirlo o incluirlo en su programación con la única condición de informar día, horario y emisora. Pero Bosetti aclara que al momento de su producción, el programa está hecho a la manera clásica de la radio.

“Mi impresión es que lo digital, la producción para las radios online, no ha modificado sustantivamente la estética radiofónica –arriesga Bosetti–. Desde el punto de vista de los formatos tampoco, pero se advierten algunas novedades: no tanto lo que podríamos llamar programas con el sentido tradicional del término, sino producciones que pueden ser insumos para quien las quiere utilizar. Formatos muy pequeños que alguien produce y los sube con una estética radiofónica tradicional y clásica para que otra persona la incluya dentro de su programa o su programación. Pero se acerca más a la idea de portales de contenidos para los productores radiofónicos.”

El gran portal que marcó el rumbo en este sentido es Radioteca.

Allá por el 2001, un grupo liderado por José Ignacio López Vigil, autor del mítico Manual urgente para radialistas apasionados, comenzaba a producir contenidos, radiospots, radionovelas, sobre temas de derechos humanos, de género, para alimentar las producciones de las radios. Así nació el portal www.radialistas.net que funciona hasta el día de hoy, ofreciendo sus producciones de manera libre. Según cuenta Santiago García Gago, uno de sus fundadores, en 2004 las colaboraciones habían crecido de tal forma que se volvió necesario impulsar otro espacio.

De alguna manera, ese es el inicio de la Radioteca.net, un portal de intercambio de audios fundado con la intención de compartir producciones de manera libre. “Radialistas es un grupo más dentro de la Radioteca, la idea es que sea un portal de la comunidad que comparte ahí”, explica Santiago García Gago. Los materiales son colgados con licencias libres. El éxito de la Radioteca proviene sobre todo de esa filosofía adoptada desde su nacimiento. “Cuando arrancamos podías, si querías, elegir la opción de poner un capítulo y decir que el resto de la serie lo vendías, pero creo que lo utilizó una sola persona en la historia de Radioteca.”

“Ahora –dice García Gago– estamos encaminando los esfuerzos hacia que se puedan crear comunidades de interés temático dentro de Radioteca.” El futuro del portal es volverse una red social de radialistas, con interacciones para que haya más relación entre los usuarios y usuarias, y seguir acompañando el trabajo de grupos de diversidad sexual, género y derechos humanos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario