En sus comienzos, la radio fue esencialmente un asunto puramente técnico con frecuencia difícil de utilizar. La evolución de la radio en los años 20 tiene una cierta analogía con la de los ordenadores personales en los 70. Las radios debían en cierto modo adaptarse a los gustos de la época. En un tiempo en el que poca gente podía tener un automóvil, la radio se convirtió en un símbolo de estatus; unida a otros electrodomésticos tales como el refrigerador. La gente presuntuosa podía hacer gala de su riqueza poseyendo ya fueran radios extravagantes, ya radios de características técnicas especiales, o bien ambas cosas.
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